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OP.1: Creo que hasta hace unos años no se ha prestado la suficiente atención a las personas mayores a nivel legislativo ya que se entendían como personas no activas a las que “simplemente” había que dotar de servicios que cubrieran sus nesesidades (pensiones, cuidados, sanidad, dependencia, ocio).
A medida que la revolución de la longevidad afecta a cada vez más sectores, que el potencial económico de las personas mayores crece y, sobretodo, a medida que las personas mayores representan un porcentaje mayor de la población y demandan nuevas formas de entender esta etapa vital y sus necesidades, se hace cada vez más urgente implementar políticas, legislación y nuevos recursos para ellos y ellas.OP.2: Los MMCC reproducen los estereotipos y prejuicios socialmente aceptados sobre la edad y a la vez los fomentan (profecía autocumplida). Es cada vez más importante que las personas mayores (individualmente y a través de organizaciones) se representen a sí mismas en todos los espacios públicos y, si no logran hacerlo en los medios de masas convencionales, busquen alternativas con las que tengan comunicación social directa. Me parece importante que las personas mayores estén representadas en las redes sociales digitales que ahora mismo ejercen un gran poder sobre la opinión pública y (a pesar de sus múltiples defectos) funcionan como ágoras ciudadanas.
Las mujeres mayores que llevan años vinculadas al activismo feminista están creando plataformas de comunicación directa con la sociedad, contribuyen en entornos intergeneracionales y ayudan a la necesaria reflexión sobre la realidad de las mujeres que envejecen. Son un ejemplo claro de lo que se puede hacer a nivel comunicativo y social.OP.3: Creo que en absoluto el buen trato ha sido la guía en las políticas sociales. La cultura del Buen Trato es fundamental para una sociedad empática y compasiva con todas las personas, pero se sigue percibiendo como un intangible difícil de materializar o cuantificar.
El buen trato tendría que ser la piedra central de cualquier legislación desarrollada para las personas mayores, con especial significación cuando hablamos de cuidados, atención a la dependencia y atención sanitaria. La ley 15/2022 es un paso importante a nivel institucional pero que aún falta por “bajar” al terreno y que socialmente se asuma como imprescindible.OP.1: La definición de la OMS es muy completa: edadismo comprende los estereotipos (lo que pensamos), los prejuicios (cómo nos sentimos) y la discriminación (cómo actuamos) hacia las personas debido a su edad.
Es importante entender que incluye también nuestra propia autoimagen asociada a la edad que tengamos, y por lo tanto, incluye el edadismo interiorizado que puede perjudicarnos igualmente.
También está claro que afecta a las personas mayores pero también a infancia, juventud o cualquier otro momento vital sobre el que se desarrollen estereotipos, prejuicios o se sufra discriminación en base a la edad.OP.2: Todos sabemos de la falta de representación y la invisibilización deliberada de las mujeres mayores en cualquier producto cultural o artístico, además del fomento de eses estereotipos asociados a la mujer mayor (abuela entrañable a la que tratar con paternalismo o bruja malvada a la que temer). Un caso paradigmático es el término “suegra” como personaje representado por una mujer mayor sobre el que se ha vertido incontable violencia verbal y que sigue siendo risible en determinados círculos.
El mercado laboral funciona como como espacio edadista con las mujeres mayores, teniendo la consideración de “mayores” mucho antes que los hombres.OP.3: Una campaña de prevención de la VG centrada en las mujeres mayores tiene que representarlas de forma realista, ofrecer los recursos de apoyo y acompañamiento adecuados (atención presencial directa, seguimiento psicológico previo a la denuncia) y asegurar un futuro económico sostenible ya que en muchos casos estamos hablando de mujeres que no han cotizado o que tienen pensiones muy reducidas que las mantienen “prisioneras” en su casa y dependientes económicamente de sus parejas. También creo que podría ser útil una campaña dirigida a familiares y entorno cercano para que sean potenciadores de la toma de decisiones.
Entiendo la revolución de la longevidad como el cambio social profundo derivado del aumento progresivo de la esperanza de vida en los siglos s.xx y s.xxi en todo el mundo. Este cambio social afecta a las sociedades en su conjunto y a todos los ámbitos de la vida (demografía, familia, economía, política, organización social…).
