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Estoy de acuerdo, redactar por escrito y en un solo texto de carácter universal como se aplican e interpretan los derechos de las personas mayores facilitaría el ejercicio de sus derechos en contextos específicos. Ayudaría a llevar a la práctica derechos que muchas veces sólo están en un nivel teórico y establecería obligaciones concretas.
Además, no solo protegería los derechos de las personas mayores, también los profesionales del ámbito sociosanitario se beneficiarían de los derechos que se reconociesen.
Cecilia ha descrito la situación a la que se tienen que enfrentar muchas personas mayores, sus familias y también muchos profesionales del ámbito sanitario y social que afecta muy negativamente a la calidad de vida, a la salud y a los derechos de las personas mayores. El cambio de modelo es necesario, pero me gustaría señalar que también es muy importante cambiar las actitudes que los profesionales tienen hacia las personas mayores y el envejecimiento para evitar un trato inadecuado y promover sus derechos. Además, deberían modificarse los protocolos de atención (muchas veces discriminatorios) y crear legislación específica que recoja obligaciones y deberes para garantizar los derechos de las personas mayores y un sistema de reclamaciones eficaz.
Un cambio de modelo debe ir asociado a la formación de los profesionales y a campañas de educación dirigidas a la población general, sobre la base de una normativa específica.
A ver ahora! Estamos cambiando la página web y puede que esté dando algún error.
Descargar el resumen en español del documento «Discussion Paper COVID-19: Time for a UN Convention» AQUI
¡Hola Ramón!
Siento decirte que los documentos que están en inglés, aún no están disponibles en español.
Puedo compartir con vosotros un resumen en español del documento “Discussion Paper COVID-19: Time for a UN Convention” que hicimos en HelpAge España. No es una traducción literal del documento original, pero si puede ser de utilidad podéis descargarlo AQUI (enlace arreglado)
¡Hola Marcela!
Encantada de saludarte también.
Creo que no existe un documento universal para evaluar residencias y otros entornos de viviendas. Se pueden evaluar distintos estándares de calidad, en función de la regulación legal que exista sobre estas instituciones en el lugar donde estén, y supongo que existirán documentos concretos para hacer esas evaluaciones.
Lo que si puede hacerse, con carácter universal, es una evaluación sobre la garantía y el ejercicio de los derechos humanos que existe en las residencias, ya que los derechos humanos si son universales. Hay documentos de referencia que se utilizan para medir la calidad de vida de las personas mayores, con perspectiva de derechos, en un país, pero no tengo información de que exista uno tan específico para evaluar residencias y otros alojamientos y viviendas que pueda utilizarse a nivel global.
Si alguien conoce algún documento o alguna iniciativa en este sentido le agradecería que lo compartiese con el grupo ?
Es cierto que cuando he hablado de las nuevas tecnologías lo he centrado más en el uso de las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y los problemas de accesibilidad que pueden ocasionar, sin contar con los avances en robótica, inteligencia artificial o nuevos dispositivos de apoyo. En ese sentido, como comenta Juan Manuel, estas nuevas tecnologías aplicadas a la vida cotidiana pueden promover la autonomía y la seguridad de muchas personas, entre ellas, muchas personas mayores. Esperemos que estos nuevos dispositivos se conviertan en algo habitual y como bien señalas, sean asequibles y accesibles.
La verdad es que en HelpAge España estamos muy centrados en la AICP, pero como cualquier sistema debe ser revisado y adaptado al contexto que exista en ese momento para que la respuesta y la atención sea eficaz y equitativa.
Coincido totalmente con Alfredo en que falta un sistema de viviendas alternativo al domicilio y la residencia. El cohousing o las viviendas colaborativas son una alternativa muy interesante, aunque en España aún no está muy extendida y sería necesario fomentar el desarrollo de este tipo de iniciativas con normativas especificas y el apoyo de las distintas administraciones. La información que tengo en este sentido es que los problemas que se encuentran las personas que se implican en este tipo de proyectos encuentran muchas dificultades, especialmente por lo que señala Alfredo, pero que también existe una falta de capacidad y experiencia a la hora de organizar internamente a las personas interesadas en cooperativas o grupos de trabajo colaborativos. Si alguien tiene más información o quiere compartir alguna experiencia de este tipo que conozca se lo agradecería, porque yo no conozco ninguno de forma directa.
¡Hola Cecilia!
Gracias por compartir tu experiencia ?
Yo no tengo el placer de conocer a Teresa, pero he leído varias de sus publicaciones y he visto sus conferencias. Es un lujo contar con una persona como ella investigando sobre estos temas y apoyando este modelo de atención.
Si tengo el gusto de conocer a Lourdes Bermejo, por cuestiones profesionales, que es otro referente en España. Lourdes Bermejo es Vicepresidenta de Gerontología en la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y ya que la has mencionado, aprovecho para compartir con vosotros algunos recursos que ha publicado en su canal de youtube. Si podéis, os recomiendo que veáis algunos de sus videos.
Si, se me ha ido un poco la mano ? pero quería iniciar el debate por si alguien quería comentar o matizar algunas de las que he mencionado yo o añadir más. ¡Gracias por ampliar las propuestas Juan Manuel!
Comparto contigo las tres propuestas que haces porque creo que falta trasparencia en general y en especial faltan muchos datos e información relativa a la situación de las personas mayores y sobre el envejecimiento, al quedar muchas veces fuera de los análisis estadísticos o al no recopilarse los datos de forma adecuada para que reflejen la realidad fielmente. También es fundamental lo que planteas de la sostenibilidad futura y compartir los costes entre el Estado, las familias y el sector privado. Ambas iniciativas las veremos en la lección 4, porque son parte del plan de acción que ha desarrollado la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre envejecimiento saludable.
Las nuevas tecnologías suponen un gran avance dentro del ámbito sociosanitario, entre los profesionales y entre las personas que necesitan estos servicios. Será necesario incluirlas en todos los niveles, pero sin olvidarnos de que la brecha digital existe. Ahora estamos viendo cómo no tener acceso a internet (por múltiples razones) o los conocimientos o habilidades necesarias para utilizar estas tecnologías puede suponer una vulneración de derechos, a veces, muy grave. Me refiero a la imposibilidad de acceso a la educación, a la salud, a medidas de protección social, a servicios que ya tenemos contratados (entidades bancarias, por ejemplo) o a la administración. Muchas personas mayores se ven especialmente afectadas, pero no son las únicas.
Sobre la atención domiciliaria, es el sistema de atención y cuidados que más fuerza está teniendo. La posibilidad de envejecer en tu propia casa y mantener tus rutinas y preferencias es la opción más elegida. El plan de acción de la OMS también apunta en esa dirección.
Creo que en tu reflexión explicas muy bien la necesidad del cambio de modelo. Como nosotros decimos muchas veces dentro de nuestra organización, envejecer no puede suponer una pérdida de derechos ni de calidad de vida.
Desde la Mesa Estatal por los derechos de las personas mayores se realizaron una serie de propuestas para un cambio en el modelo de atención y cuidados.
Estas propuestas se publicaron en el año 2020 y a continuación dejo aquí, para iniciar el debate, un resumen de algunas de las propuestas que se plantearon para ver que valoraciones surgen y que se añadiría o quitaría a lo largo del debate ?
• Reforzar los servicios profesionales de atención domiciliaria, teleasistencia y recursos en residencias.
• Reformar la Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, para incluir la coordinación/integración sociosanitaria para garantizar la atención integral y continuada que muchas personas en situación de dependencia precisan.
• Rediseñar el SAD para configurar un conjunto de servicios integrados de atención en domicilios y evitar institucionalizaciones no necesarias, atender a tiempo situaciones de cronicidad y prevenir o retrasar el incremento de dependencia. El servicio debería extenderse a personas mayores no dependientes, pero en situación de grave vulnerabilidad o riesgo de exclusión.
• Apostar por un nuevo modelo de residencias y otros alojamientos en los que, además de garantizarse la atención desde el SNS, se trabaje desde un enfoque de atención centrada en la persona. El modelo de centro sociales con necesidades sanitarias, tipo institución, debe rechazarse frontalmente por su demostrada incapacidad de ofrecer un tipo de vida ajustado a lo que todas las personas queremos para nuestra vejez.
• Garantizar el derecho a la sanidad pública de todas las personas mayores, independientemente de donde vivan, y no fomentar servicios sanitarios deficientes.
• Profesionalizar el sector de los cuidados, mejorando la formación y competencias de las y los profesionales para que, además de una correcta atención para mejorar la funcionalidad, las afecciones cognitivas y tratamiento de enfermedades y trastornos, aprendan metodología y técnicas para desarrollar una auténtica relación de ayuda basada en dignidad y derechos.
• Fortalecer y garantizar la inspección y el control de las administraciones públicas en los servicios públicos y concertados de atención a personas mayores, con discapacidad o en situación de dependencia, sin olvidar la responsabilidad pública de vigilancia de los servicios privados.
• Apoyar nuevos modelos residenciales de iniciativa de las propias personas mayores, como el cohousing o viviendas colaborativas, mediante la cesión de suelo público y facilidad de acceso a los servicios comunitarios.
• Abordar campañas de concienciación sobre los derechos de las personas mayores y el valor de los cuidados y formar a funcionarios y actores sociales sobre estas cuestiones.
• Realizar estudios y recabar más y mejores datos para obtener una imagen más precisa de la realidad que viven las personas mayores, de sus opiniones y deseos, así como acerca de la calidad de los servicios.
Como os comentaba en el debate os dejo un resumen sobre el documento que publicó el Consejo de la Unión Europea sobre derechos humanos, participación y bienestar de las personas mayores en la era de la digitalización
En HelpAge España hicimos un resumen, que podéis descargar aquí. En el resumen encontraréis un enlace al documento original, por si queréis leerlo entero.
En la sociedad existe un rechazo y una ocultación consciente del envejecimiento y de las personas mayores. Esto es algo muy evidente en la publicidad o en los medios de comunicación. Hay una exaltación de la juventud y se asocia al envejecimiento con una etapa de decadencia, con la incapacidad, la enfermedad o la falta de conocimientos o de adaptación al momento actual. Esta imagen irreal se ve reforzada porque las noticias normalmente están llenas de estereotipos y suelen ser negativas, cuando las personas mayores son tan protagonistas como los demás de sucesos extraordinarios o de demostrar una capacidad de superación igual que la de las demás personas. Se pueden revisar las noticias que se publican y comprobarlo, si alguien quiere traer al foro de la lección una noticia que le haya llamado la atención (positiva o negativamente) le animo a hacerlo ?
Normalizar el envejecimiento dentro de las sociedades, como un proceso que comienza desde el mismo momento en el que nacemos y no a partir de una edad determinada sería muy positivo para fomentar el envejecimiento activo y superar las actitudes edadistas. Sería muy necesario hacer campañas de educación y sensibilización destinadas a todas las edades, porque los logros, las necesidades y los problemas de las personas mayores no son exclusivamente de ellas, son de toda la sociedad.
Me gustaría destacar que en muchos comentarios se habla de que las personas mayores no están en una situación de vulnerabilidad solo por la edad. A la discriminación por razón de edad se puede sumar y agravar su situación, una discapacidad, la pobreza, la soledad, el aislamiento y la exclusión social, la falta de conocimientos sobre las nuevas tecnologías… que es lo que en la lección 1 se denomina discriminación interseccional.
Sobre la brecha digital, hay un documento del Consejo de la Unión Europea que me parece interesante. Dejo el enlace en el debate que hay en la lección 1 sobre OTROS RECURSOS por si alguien está interesado.
Comparto una campaña chilena que tiene por eslogan “Lo viejo, es tu forma de mirarlos”.
En esta campaña, personas mayores muy conocidas y reconocidas en Chile se unieron para visibilizar los principales estereotipos que se asocian a las personas mayores e invitar a replantearse la manera en la que miramos y nos relacionamos con estas personas. Destacaría como hacen hincapié con mucho humor en los estereotipos positivos, que son tan dañinos como los negativos, en los que muchas veces caemos porque creemos que así estamos dando un mejor trato a esa persona con toda nuestra mejor intención y cariño.
Me gustaría recopilar algunas de las reflexiones que se han ido haciendo porque es muy importante poder diferenciar la vulnerabilidad de la situación de vulnerabilidad. El debate que se está planteando es interesante y me gustaría añadir algunas cosas.
Las personas somos vulnerables durante toda nuestra vida, cada etapa será más propensa a un tipo de vulnerabilidad específica. La vulnerabilidad en la infancia es distinta a la de la edad adulta o a la de edades más avanzadas.
El problema al que aquí hacemos referencia es cuando la vulnerabilidad está ligada a cuestiones sociales, culturales, económicas o políticas, cuando la vulnerabilidad procede de un menor valor social por ser considerados menos productivos o por los prejuicios y estereotipos que se asocian cultural y socialmente a nosotros o a nuestra situación. Cuando la sociedad o el sistema sitúa a una persona o a un grupo social en desventaja, por sus circunstancias, su condición, su situación o su edad no podemos hablar de que esa persona o grupo social es más vulnerable porque lo que ocurre realmente es que a esa persona o a ese grupo social se le coloca en una situación de vulnerabilidad y esa desventaja es creada desde el exterior, desde el entorno. Este mismo esquema se repite en otros grupos sociales o colectivos con el machismo, el racismo, la homofobia y otras formas de discriminación y de exclusión social.
Es muy complicado salir de esa situación de vulnerabilidad porque es una situación que impide que se puedan ejercer y reclamar derechos en igualdad de condiciones que los demás ya que la desventaja que se ha construido impide a esas personas acceder a los bienes y servicios que les corresponden, bien porque el sistema las rechaza o bien porque no tienen la capacidad de acceder y no se facilitan los apoyos al no entender que exista la necesidad de proporcionarlos.
Esa situación de vulnerabilidad debido a la edad, de desventaja social por tener una edad determinada es el origen de la discriminación de las personas mayores. Las personas mayores tienen derechos, no privilegios. Por eso me parece importante hacer una distinción entre la vulnerabilidad y la situación de vulnerabilidad. La edad de una persona no es la que produce discriminación, lo que produce discriminación es que a una persona se le atribuya un menor valor social por su edad y que eso condicione las actitudes que se tienen hace ella y se justifique la vulneración de sus derechos y su dignidad.
Para las personas que aún no han participado y para las que quieran seguir compartiendo su opinión lanzo esta pregunta ¿considerar a las personas mayores como más vulnerables o especialmente vulnerables puede ser un estereotipo que puede llegar a producir discriminación? o ¿puede aumentar la sensibilización de la sociedad ante la discriminación que experimentan las personas mayores?
