El porcentaje de personas mayores es un dato que se utiliza a menudo como indicador principal para analizar el envejecimiento de la población, pero este dato no ofrece una visión global de lo que realmente implica este fenómeno. Para comprender los impactos socioeconómicos del envejecimiento de la población se han desarrollado varias medidas que tienen en cuenta la diversidad de capacidades y dependencia entre edades. Mientras que los conceptos anteriores se centraban en la relación simple entre grupos de edad mayores y menores, las medidas desarrolladas más recientemente toman en consideración el aumento de la esperanza de vida o combinan datos económicos y demográficos para analizar las interrelaciones entre la contribución económica y la dependencia y la estructura de edad. Esto último ha sido posible gracias a la mayor disponibilidad de datos necesarios para evaluar las realidades socioeconómicas de las sociedades que envejecen. Hay tres medidas del envejecimiento de la población mayor que se utilizan para examinar las estructuras cambiantes de edad de la población para los sistemas de apoyo intergeneracionales: la tasa de dependencia, la tasa de dependencia prospectiva y la tasa de dependencia económica.

La tasa de dependencia de las personas mayores

La tasa de dependencia de las personas mayores se define como el número de personas mayores dependientes (personas de 65 años o más) por cada 100 personas en edad de trabajar (de 20 a 64 años). Esta medida se aproxima a la dependencia económica implícita asociada con una proporción creciente de la población en edades más avanzadas. Este es uno de los indicadores más utilizados para monitorear los cambios en la estructura de edades de las poblaciones.

Con la disminución de la fertilidad y el aumento de la longevidad, el tamaño relativo de los grupos de mayor edad está aumentando mientras que la proporción de grupos de menor edad está disminuyendo. De hecho, otra forma de evaluar el envejecimiento de la población es considerar la tasa de dependencia asociada a la población más joven, definida como el número de personas menores de 20 años en relación con el número de personas de 20 a 64 años. La disminución a largo plazo de esta tasa de dependencia infantil es otro indicador del envejecimiento de la población.

La tasa de dependencia prospectiva

Para medir la tasa de dependencia demográfica no se tienen en cuenta los progresos que se están produciendo en las condiciones de salud y en la esperanza de vida, ni que todas las personas en la edad laboral tradicional están activas en la fuerza de trabajo y que algunas son económicamente dependientes. Con la utilización de una edad cronológica para fijar el envejecimiento de la población no se valoran bien los cambios internos en la distribución por edad de la población ni de los costes sanitarios, debido a que la mayor parte de estos ocurren en el tramo final de la vida, tramo que es cambiante porque la esperanza de vida está aumentando y se espera que continúe esta progresión.

Si establecemos una medida móvil del envejecimiento usando la esperanza de vida en vez de una fija (65 años) como se hace habitualmente, se corrigen en parte los inconvenientes citados. Lo que crece es la duración de la vida previa a la vejez, mientras que mantenemos esa vejez como un intervalo fijo, delimitado por una esperanza de vida o años por vivir fijos o constantes. A este nuevo umbral basado en la esperanza de vida lo llamamos “edad prospectiva”. Se calcula como el número de personas por encima de la edad más cercana a una esperanza de vida restante de 15 años en relación con el número de personas entre los 20 años y esa edad.

La tasa de dependencia económica

Además de la edad cronológica y las medidas de edad prospectiva explicadas anteriormente, el envejecimiento de la población también puede entenderse y medirse desde una perspectiva económica. Las medidas económicas relacionadas con el envejecimiento de la población utilizan las tasas de participación de la fuerza laboral o el comportamiento económico del ciclo de vida completo de las Cuentas Nacionales de Transferencia.

Las Cuentas Nacionales de Transferencia son un sistema integral de contabilidad de los flujos económicos basado en la edad que utiliza métodos analíticos de demografía y economía para examinar cómo se reasignan los recursos económicos entre individuos de diferentes edades a través de la familia, el gobierno y los mercados.

Al capturar las interacciones entre la demografía y la economía, la tasa de dependencia económica de las personas mayores utiliza información sobre la población, el consumo y la producción en una economía determinada, desglosada por edad. Esta tasa se define como el número de consumidores de 65 años o más dividido por el número de trabajadores y trabajadoras de todas las edades.

Una de las ventajas de esta medida es que incorpora variaciones específicas por edad en los ingresos por trabajo y el consumo en cuanto a participación en la fuerza laboral, desempleo, horas trabajadas, productividad y consumo. La relación refleja las necesidades de recursos (es decir, el consumo) de las personas mayores en relación con los recursos (es decir, los ingresos laborales) producidos por todas las trabajadoras y trabajadores independientemente de su edad.